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De Pati en Blanco

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Naturvie, mar de aceite en Extremadura

En un fin de semana único tuve la dicha de descubrir el tesoro del aceite. Yo que me considero un espectador cautivo de su sabor, inaugurando los días con el ritual del desayuno con pan recién tostado, atraído por el excitante brillo de su color verdoso o amarillo, me sometí a sus encantos dejándome querer en un escenario exclusivo, de un recien estrenado noviembre, provocado por la hospitalidad generosa de dos anfitriones de lujo, Laura y Fernando, en su anfiteatro olivarero de Naturvie mar de aceite de Extremadura, en Oliva de Mérida, provincia de Badajoz.

Su majestad, el Olivo, en la Finca el Hoyo
Su majestad, el Olivo, en la Finca el Hoyo

Una maravillosa finca de 50.000 olivos, en donde el cielo y la tierra se juntaron para exprimir las aceitunas de los olivos, en torno a una luna llena que justificó con creces la cita. Full Moon de amor y complicidad de una tierra, la extremeña, que te enamora en la distancia corta, en un homenaje a uno de sus frutos identitarios, la aceituna.

MAR DE ACEITE

Todavía floto en ti,

en las laderas del paladar,

jugando con vaivenes de ida y vuelta,

enjuagando las cicatrices

de los sabores perdidos.

Todavía pienso en ti,

mientras sueño con seguir ordeñando tus ramas,

olivar de aceitunas altivas,

sobre  pedestales de oro,

sometéis vuestro orgullo,

al latido de un capacho,

en la soga de mi cuello.

Extirpo la arbequina,

acaricio la picual,

y olfateo la hojiblanca

para desgarrar la cornicabra,

mientras el azulejo del cielo

se convierte en gris

y me empuja hacia la almazara.

Después de provocar tu embarazo

no puedo renunciar al alumbramiento,

a teñir mis manos de oro,

mis labios de púrpura espesa

sobre los que deslizo contrastes de sabor.

Aparco todos los sentidos

para probarte ciego de pasión

acompañado por la percusión

de un cristal inocente

que te empuja hacia mi boca.

Lo envuelves todo

y condicionas mis sentidos

hasta perder la memoria

por la invasión del gusto

a que me sometes,

dictador del paladar.

Ahora ya no puedo sentarme

a la mesa sin pensar en ti,

Ya no puedo estirar los sueños

sin tu anestesia diaria

contra la indiferencia,

sin que maceres mi mente

para cumplir la penitencia

del compromiso con tu herencia,

no cesar de probarte y

regresar pronto para dejarme conquistar.

Extremadura tienes mar,

un mar de aceite

en donde flotan tus olivares

en donde olvidan sus pesares

los que no te pueden alcanzar.

 

CENAR EN LA MURALLA DE MERIDA

Después de más de 600 kilométros desde Galicia, atravesando la «chamuscada» Portugal, llegamos a Mérida turismomerida.org/ a tiempo para disfrutar de una jugosa cena con amigos por descubrir. Una cita a ciegas que se transformó en una velada maravillosa,  que sirvió para conectar con una gente auténtica, convocada por el contagio de Laura y Fernando y por el enganche del aceite. El cuadro que envolvió la noche lluviosa, cerca del Arco de Trajano y como apéndice de la muralla de la ciudad, nos lo ofreció La Tahona, casa de comidas.

Con un Alivs, vino tinto de la tierra extremeña de Bodegas Alavde, www.bodegasalaude.com/ una variada y exquisita cena, en donde el objetivo era probar y compartir, una introducción creativa a la cocina extremeña,. Ortiguillas sobre ensalada de algas, Pulpo a la brasa con crema de patata asada, Huevos rotos con morcilla y patatas, Callos de ternera en salsa, Atún macerado y Presa ibérica a la brasa, constituyeron el abanico de la prueba, presididos por el muro romano sobre el que se apoya el local. Más que aprobado, notable alto para La Tahona.

Arco de Trajano en Mérida, muy cerca La Tahona
Arco de Trajano en Mérida, muy cerca La Tahona

DORMIR EN BALNEARIO DE ALANGE

Noche completa, con paseo bajo la lluvia para dirigirnos al descanso del Balneario de Alange , a 18km de Mérida,en donde estaba nuestra residencia. Un edificio construido en el siglo XIX, sobre un complejo termal que data de la época de los romanos. Se respira la huella de la historia, y el disfrute medioambiental de un espacio que casi se refleja en el lago del embalse. Un lugar tranquilo y apacible, para desconectar, ideal para un retiro pero con la única pega de un desayuno que no está a la altura de las expectativas del establecimiento: suplemento para un café expreso, suplemento para un zumo natural, en donde el producto ecológico o bio brilla por su ausencia.

Al día siguiente estaba programada la prueba del oro, en la Finca El Hoyo, de donde se extrae el aceite de la enseña Naturvie www.naturvie.com/ en Oliva de Mérida. La amenaza de lluvia no alteró los planes y tras una visita en un grupo de más de 30 personas a las instalaciones con parada especial en la Almazara, para explicarnos el proceso de molienda de la aceituna, el batido y la extracción, pasamos al comedor a disfrutar de una comida muestrario de lo mejor de la cocina extremeña, servido por el Restaurante del Don Tello Club de Golf. www.dontellogolf.com/

Cúpula del Balneario de Alange
Cúpula del Balneario de Alange

 

 

 

 

 

 

 

 

DON TELLO, MUESTRARIO DE LA MEJOR COCINA EXTREMEÑA

El recibimiento en el comedor no  pudo ser más espectacular, con un cóctel sorprendente, por original y sabroso. Hecho con ginebra de bellota de Extremadura, con aceite de oliva, jarabe de almendra y zumo de limón. Y empezó el desfile, con una Mousse de setas e higos, con gelatina de aceite de violeta y reducción balsámica de Pedro Ximénez. Le siguió una Tosta de salmón y mermelada de higos, una Tapenade (especie de mouse) de aceitunas, Saquitos de perdiz escabechada, Croquetas de salmón con salsa de pimentón. Migas con huevo frito y para terminar con unos Callos a la extremeña, antes del postre y el café.

Creatividad y producto autóctono en la cocina de Don Tello
Creatividad y producto autóctono en la cocina de Don Tello

Después de la comida nos dirigimos al olivar, acompañados por la benignidad del tiempo, que hizo una tregua para facilitarnos la extracción. Nos organizaron en grupos, distribuyendo el material necesario, guantes, forro polar,  un fino impermeable de plástico por la amenaza de lluvia y los capachos para la recogida de las aceitunas. Respiramos naturaleza pura mientras acariciábamos las ramas de los olivos, ordeñando las aceitunas de variedad de colores e intensidades, agradeciendo la generosidad de una tierra única, alfombrada de olivos hasta el límite del horizonte, con calles con nombres de variedades, Picual, Arbequina, Hojiblanca, Frantoio, etc.

Las variedades de la aceituna delimitaban las calles del olivar
Las variedades de la aceituna delimitaban las calles del olivar

EL CICLO DEL BAUTISMO DE ACEITE

Volcábamos lo recogido en el capacho sobre cestas verdes hasta que venía el apoyo del operario para llevar al tractor y transportar la recogida hacia el almacén, para su pesado y posterior traslado a la Almazara para introducir en la máquina procesadora. Participamos de la limpieza de las aceitunas separando las ramas, antes de que el agua las limpiara y el molino las triturara, después se batiese y por último asistir al milagro de la aparición del oro amarillo, un aceite espeso, virgen y puro, dispuesto a embotellarse, para que esa noche se llenase de magia y nos permitiese completar el ciclo de nuestro bautismo, llevándonos embotellado el fruto de toda la jornada.

El fruto del olivo llega a la Almazara, para transformarlo en aceite
El fruto del olivo llega a la Almazara, para transformarlo en aceite

Antes de que se guardase el milagro en pequeñas botellas de cristal, nos volvimos al comedor para asistir a una clase magistral sobre el aceite, con un recorrido por la historia y la confluencia en una cata degustación de tres variedades, acompañadas de tres músicas.  Coldplay, Sinatra y Camarón se sumaban como invitados a la sinfonía aceitera, acompañando cada deguste, en función de su intensidad, su textura, suavidad o picor, etc.

La noche caía cómplice de la velada y salimos al exterior en grupo, a buscarla, provocando un encuentro de sentimientos y   realizar una acción de gracias conjunta a la luna llena que se desesperezaba entre las nubes que la querían esconder. Full Moon, la mejor luna para la primera extracción de la temporada.

Oro verde y oro amarillo, una cata a ciegas, creer sin ver
Oro verde y oro amarillo, una cata a ciegas, creer sin ver

FULL MOON, MENÚ DE ACCIÓN DE GRACIAS

Faltaba el sello, el lacrado de lujo al día y de nuevo de la mano del Restaurante del Don Tello Club de Golf, perdimos la voluntad y nos volvimos a dejar querer entregándonos a la gastronomía extremeña de primer nivel. Este fue el menú Full Moon para la cena: de entrantes, Ensalada de bacalao marinado, cítricos, aceitunas aliñadas y berros; Carpaccio de ternera con escamas de queso viejo y aceite aromatizado de naranja. Los dos platos con una presencia del aceite espectacular, con un descubrimiento único, el aceite de naranja de Naturvie, una pasada.

Como platos principales, tomamos una Crema tibia de calabacín regada con aceite «World in love», realmente espectacular y una Presa de entraña ibérica asada, jalea de higos, y tomatitos y uvas glaseadas. No se pudo pedir más. La excitación degustativa estaba en su punto álgido y en el momento perfecto para finalizar con un espiritual Helado de aceite de oliva «Spain is love» con tejas dulces de pimentón de La Vera. Todas las variedades de los aceites de los distintos platos pertenecen a la gama más excelente de Naturvie, una muestra única de las posibilidades gastronómicas de la marca, que activa y provoca todas las particularidades y excelencias de cada plato.

Gama de variedades de aceite de NATURVIE, ideal para disfrutar y regalar
Gama de variedades de aceite de NATURVIE, ideal para disfrutar y regalar

La cena fue una auténtica expresión de las posibilidades de una cocina en la que cada plato se escribe sobre renglones de diferentes modalidades de aceite, que te ayudan a descubrir el liquido que circula por las arterias de la Extremadura profunda, desde el corazón de donde late su historia con más fuerza, Oliva de Mérida, muy cerca de la capital de la Comunidad Autónoma.

Fue una experiencia única que despedimos al son acústico de una guitarra española que ponía banda sonora a una jornada llena de sentimientos en cadena, provocados por dos artificieros de la amistad y de la excelencia, de los pequeños detalles y de las cosas bien hechas, Laura y Fernando y toda la familia de Naturvie. Inolvidable bautismo de amistad, con un altísimo nivel gastronómico  que me descubre que Extremadura tiene mar, un mar de aceite en el que flotan sus olivares.

 

 

 

9 comentarios en «Naturvie, mar de aceite en Extremadura»

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