No se pudo escoger un mejor destino, muy cerca de Lugo, lugo.gal/es para iniciar una nueva temporada del Cocido, para la serie Cocerse en Galicia, Mesón de Crecente, www.mesondecrecente.com/ Ha sido el reencuentro con las raíces más profundas, la tierra de mis abuelos, la cuna de mi madre, y las estampas enmarcadas en el libro de oro de mi infancia, los veranos en la Aldea, en Portafontao.www.diccionariomadoz.org/historia-PORTAFONTAO-1-30926.htm
Evocación y emoción, en definitiva sentimiento, rodeado de un decorado exclusivo, de verde y pastizales, presidido por el Camino de Santiago www.caminosantiago.org/cpperegrino/caminos/etapa.asp?EtapaId=52&CaminoId=2frontera y respirando el pulmón del horizonte con la vista puesta en la ciudad de Lugo, a tan sólo 18 kms. de distancia. Un recorrido bucólico, a modo de aperitivo, para abrir el apetito y prepararse para Cocerse en Galicia, Mesón de Crecente.
UN ALTO PRIVILEGIADO A 100 METROS DEL CAMINO DE SANTIAGO
El entorno del Mesón de Crecente es toda una provocación para el gusto por la cocina autóctona, basada en el producto que da la tierra, del campo a la mesa sin intermediarios. Así nos dispusimos a estrenar, previo encargo, el primer Cocido de la temporada, aunque el clima no acompañase, dada la pereza del otoño por consolidarse. Lo que fue imprescindible fue reservar, por lo menos si se elige para ir un fin de semana.
Antes de iniciarnos en el cocido propiamente dicho, probamos los dos entrantes. Por un lado una Sopa de cocido con fideossuave pero a buena temperatura para coger tono, y por otro, unos entremeses, Chicharrones prensados de corte muy fino para facilitar el masticado y un Chorizo casero crudo realmente espectacular, por su carga magra y su perfecto aderezo de pimentón. El punto estimulante lo puso la compañía de un crujiente Pan de Ousá. El nombre del pan le viene de la parroquia de San Xiao de Ousá que pertenece al Concello de Friolwww.concellodefriol.es/y es famosa por su Fiesta Gastronómica dedicada al Pan de Ousá y al queixo de Friol.
El desfile de los platos que componían el Cocido empezó por los complementos. Nos dieron opción de elegir verdura entre berza y repollo, porque todavía no era el momento de los grelos y optamos por el Repollo, que se presentó en una fuente con las patatas cocidas. Sin duda no fallamos porque estaba muy tierno y suave, en su punto de cocción y presentado en su temperatura ideal. A continuación los Garbanzos con el Chorizo, y en este apartado, no se sostuvo el efecto comparación con los chorizos crudos de los entrantes, que eran muy superiores. Los garbanzos también perfectos.
La base central del cocido y lo esperado por todos, la Cacheira (cabeza) y el Lacón, se sirvieron en una misma fuente, repartidos los trozos a ambos lados, perfectamente definidos. Cumplieron con creces las expectativas. Primero por el corte fino y transversal, que en el caso de la Cacheira permitía probar en un solo bocado texturas diferentes, y en el del Lacón, lo hacía parecerse al jamón pero con la grasa más sustanciosa. Y en segundo lugar por el color de ambos, rojo y veteado con sombras en la parte magra y brillante en el tocino.
RELACIÓN CALIDAD PRECIO IMBATIBLE
Los propios cortes de la carne facilitaban el montar bocados de varios sabores, maridando con las patatas y el repollo. Y en el caso de la cacheira mucho mejor, porque se definían en trozos sus diferentes partes, cada una con un sabor exclusivo, el morro, la careta, la oreja o la papada. Sinceramente una sinfonía gratísima. Marcamos muy bien los tiempos para no dejar enfriar la comida e incluso nos dió para repetir un poco más de mi debilidad, la cacheira.
Toda la comida la regamos con un tinto mencía de la casa que supuso la compañía perfecta para estrenar el primer cocido de la temporada. El punto final se lo pusimos con un trozo de Flan Casero, de ese que se presenta entero y te sirves en el plato la cantidad deseada. Por último, finalizamos con un café de puchero, made in Crecente, y dispuestos a dar un paseo a modo de digestión. Pero antes pasamos por caja y pagamos 50 € por tres personas y por una experiencia maravillosa.
La tarde era alegre y con un cielo totalmente despejado que permitía comprobar los efectos de la sequía sobre el prado, mientras divisábamos a lo lejos el ganado buscando un pasto más verde. Dimos un pequeño paseo para respirar aire puro y sobre todo para reencontrarnos con ese olor y sabor de la aldea, ese suspiro de la infancia que tienes permanentemente guardado en la alacena de tu corazón. El regreso fue por Lugo y el latido se volvió a acelerar al pasar despacio por el letrero que señalaba el término de Bacurin, habíamos dejado atrás un maravilloso recuerdo compensado con un nuevo capítulo de Cocerse en Galicia, Mesón de Crecente, a donde no tardaremos en regresar para probar otras magníficas especialidades, como los pollos tomateros y la caza, sobre todo el conejo y la perdiz.