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De Pati en Blanco

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COCERSE EN GALICIA: Restaurante Cabanas

Un nuevo capítulo de «COCERSE EN GALICIA» se abre en pleno mes de febrero para visitar la capital del Deza, Lalin, y encontrarse con una de las propuestas más atractivas y sorprendentes en la actualidad para disfrutar de un excelente Cocido con mayúsculas, el que ofrece el RESTAURANTE CABANAS restaurantecabanas.com en pleno corazón de la villa y por consiguiente en pleno corazón de Galicia, en un punto fantástico de distancia y de buena conexión, tanto para desplazarse desde Vigo, como desde A Coruña, por autovía.

Elegimos un día de semana para este episodio de «COCERSE EN GALICIA» y aun así los comedores estaban a tope, completos por las reservas, lo que conviene tener en cuenta para no llevarse una sorpresa. Destacaba entre los comensales el perfil de grupos, como prueba de que el Cocido para los gallegos es un elemento de cohesión y convivencia imprescindible para enriquecer nuestro ADN.

La elegancia del comedor y la nobleza de los materiales, un escenario ideal para el Cocido

 

El RESTAURANTE CABANAS tiene dos entradas, una que da acceso a una zona de barra, ideal para tomar el aperitivo y juntarse, como previo paso al ritual del Cocido, para trasladarse después, por una segunda entrada, a la sala principal, con dos alturas. Además cuenta con un reservado especial al lado de la bodega. En la zona de bar el acceso a los baños está ilustrado por una pared repleta de fotografías de personalidades y famosos que se dignaron a lo largo del tiempo a visitar este emporio del buen vino y la buena mesa, como prueba del pedigree del mismo.

Al entrar en el comedor el vaho del calor que soltaban los platos, con el cerdo troceado en las mesas, en una sinfonía de colores y contrastes con los chorizos, las patatas y las verduras, inundó mis gafas como una niebla pasajera de sabor, pero aún así pude adivinar una decoración sencilla pero muy actual, basada en elementos compuestos por materiales nobles que reforzaban la imagen de calided y de buen gusto de la decoración. La propia uniformidad de delantales negros del personal de sala reforzaban esa elegancia, no habitual en la mayoría de los escenarios especializados en la ingesta del Cocido. Lo que demuestra la evolución de esta experiencia hacia la calidad, la buena atención y el gran servicio.

Un plato completo con los principales ingredientes, un homenaje a la vista y al sabor

Por lo tanto, el clima no podía ser más apropiado para la predisposición al disfrute y a cumplir las expectativas planteadas. Como en el exterior el frío también apretaba iniciamos el ritual con una sopa de cocido caliente y muy equilibrada, preparando el colchón para asentar el cerdo. Las primeras protagonistas de las mesas fueron las fuentes de verduras, de dos tipos, grelos y repollo, con patatas y chorizos de pequeño formato, ideales para compartir con el resto de ingredientes en el plato. De inició me incliné por los grelos, una de mis grandes debilidades y acerté de pleno, porque estaban de escándalo, con un nivel de acidez y de cocción perfecto. A continuación en unos cuencos más pequeños se sirvieron los garbanzos acompañados de otra «raza» de chorizos, los ceboleiros. Tanto unos como otros muy magros, aunque con mayor sabor los segundos, pero ambos ideales para compartir en bocado con los cachelos.

El servicio de la carne se inició con fuentes repletas de costilla, soá (solana, hueso del espinazo), jarrete, gallina, morro, tocino, etc. A continuación le siguió el lacón, con un color rosado intenso en la frontera con el tocino y más rojo, en la parte de hebra, más interior y magra. Yo destacaría el gran equilibrio del punto de sal y la facilidad del corte. De este bloque para mi el rey, sin ningún género de duda, fue un tocino, digno de la mejor exposición, brillante a la vista, con diferentes intensidades de color en las variadas gamas de vetas, desde la parte grasa a la de carne. Y del sabor, algo sublime, invitaba a cortarlo en tacos finos y meterlo en pan para hacer un mini bocado, sólo con él de protagonista..

 

El veteado del tocino y su color daban paso a un bocado único y exclusivo.

 

A ese desfile perfectamente coordinado de las diferentes partes de un cerdo impecable, tanto en sabor como en preparación, sólo le faltaba la música, y esa vino, sin duda, de la que para mi es sin discusión la auténtica reina de este festín, la Cacheira. El momento lo merecía y la importancia que tiene dentro de la variedad de carnes del cerdo, hizo que Auri, la maitre responsable de la sala, con profesionalidad y maestría se dispusiese a cortar en la misma mesa, los diferentes trozos y tiras de la Cacheira, respetando el veteado de la misma para concentrar en un mismo trozo los diferentes sabores de la pieza.

Qué importante es el buen corte de las diferentes partes del cerdo para calificar a un Cocido de excelente, pero dentro de esa faceta el corte de la Cacheira tiene un punto de especialidad mayor y determinante. Eso lo consiguen a la perfección en RESTAURANTE CABANAS y sin duda se demuestra después en el sabor de los bocados. A medida que los trozos de carne se repartían entre los platos, se iban renovando las fuentes de complementos, verduras y patatas, para mantener el calor del conjunto.

La Cacheira, sin duda, es la reina del Cocido, y en Cabanas mucho más

 

Para el riego y acompañamiento de las carnes optamos por un Mencía, denominación de origen Monterrei, Finca Os Cobatos, de la Adega Pazo das Tapias, stuada en Pazos-Verín. Realmente resultó una sugerencia ideal, por su suavidad y frescura, con un equilibrado toque afrutado que estiraba el trago para contrastar con las diferentes carnes.

La atención y servicio en todo momento impecable, muy atentos a cualquier demanda y con iniciativa perfectamente coordinada en la sucesión de los diferentes platos.

Llegamos al postre, como pudimos, pero caímos en la tentación de unas tablas de madera con variadas propuestas, resumidas en pequeños trozos de Leche frita, Tarta de manzana, Cañitas de crema, Queso con membrillo y Filloas para untar con miel. De todas estas propuestas destacaría las cañitas y la leche frita como las más destacadas, la filloa es mejorable y debe serlo para hacerle honor al Cocido.

De toda la variedad de postres el Flan Casero, el más sabroso y especial

 

Protagonismo aparte lo tuvo para mi el rey de los postres de este cocido, un Flan Casero, de esos que te evocan la niñez nada más probarlo. Se sirvió la pieza entera para que cada uno compartiera a su gusto. Realmente espléndido, para repetir.

Después de los cafés y los licores, entre ellos sin duda, el licor café de rigor, nos disponíamos a poner un punto y final a este episodio de COCERSE EN GALICIA con una buena sobremesa entre amigos, hasta quedarnos solos en el local, el tiempo suficiente para comprometernos a volver y repetir experiencia, intentando como siempre contagiar nuestra excelente valoración deL RESTAURANTE CABANAS a todos los amigos amantes de nuestra seña de identidad gastronómica, SU MAJESTAD EL COCIDO.

 

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