A MI BRAZO IZQUIERDO
Siempre te tuve marginado
dándote constantes celos,
maltratado por la indiferencia,
por relegarte a ser comparsa,
ni siquiera a la suplencia
de tu hermano el titular,
el que se llevaba la gloria,
presumiendo con su uve de victoria,
mientras tú inocente
me tapabas los ojos,
preferías no mirar.
Crecíste en mis bolsillos
hasta que me hice adolescente,
mientras tu hermano
contaba monedas
para jugar en el tragaperras
tu pellizcabas a escondidas
el reflejo de mis agonías
cuando sostenías los pitillos
que me prohibían fumar.
Al empezar a gesticular
te quedabas en un segundo plano,
no es que me sobrara tu mano
pero no te atrevías a explicar
con la misma contundencia
lo que la derecha hacía,
los pecados de mi adolescencia
para que me pudieran perdonar.
Ni siquiera cuando lloraba
eras capaz de enjuagar
las lágrimas que por mi cara
corrían sin descansar.
Sólo cuando me pasaba el susto
me ayudabas a sonar,
a ahogar los suspiros
en el pañuelo,
y me dejabas respirar.
Al escribir las primeras cartas de amor
apretabas con tus dedos el papel
para que la mano derecha cabalgara
por el perfil de la caligrafía
haciendo de la escritura
la mejor montura
para recorrer la geografía
de lo que pretendía transmitir,
después secabas las palabras
agitando el pergamino
antes de cerrar el sobre,
y ponerle sello para el envío
como el mayordomo más fiel.
Cuando aprendí a acariciar,
a dar los primeros besos,
tú te limitabas a agarrar,
mientras el otro fijaba diana
para acertar a la primera
no fuese a ser que fallara
y me tuvieras que ayudar
a tenerme que retirar.
No te toco darme placer,
te limitaste a sostener
el argumento de mi pasión,
y aunque querías colaborar
a subir y a bajar
la mayoría de las veces
te tocó naufragar
en el rellano de mi ascensor.
Desde siempre
fuiste mi mejor asistente
y ahora me estás demostrando
que eres mi mayor sostén
porque cuando más te necesito
eres incondicional,
llevas la iniciativa,
cortas, limpias, apoyas, empujas,
ni siquiera sin preguntar,
como no te voy a querer
como no a homenajear
si pasaste de ser aquel
a convertirte en el principal.
Pati/julio 2017